Bailando al altar

Escrito por Marcela Mazzucchelli

Para todos aquellos que pensaban que el primer casamiento coreografiado iba a ser el mío, lamento comunicarles que alguien me ganó de mano. Como ya sabemos en esta vida “todo está hecho” y no podía faltar gente a la que se le ocurrieran formas innovadoras de llegar al altar. Ideal para contrarrestar los nervios de la caminata interminable. ¿Qué mejor que entrar bailando?
Pasando por alto que había un millón de damas de honor y padrinos, lo cual por momentos daba la sensación de que la novia no entraba mas, me pareció una interesante forma (aunque un poco loca) de poder expresar la alegría que produce el casarse. ¡Sí señores! Las creadoras de este blog son “chapadas a la antigua” y consideran al casamiento como motivo de alegría y no como una condena interminable (¡ojo! habrá que ver qué pensamos en unos años jaja).




¡Ahora hay que ver cómo volver al marco serio, después de todo el matrimonio no es ningún chiste!